miércoles, 4 de agosto de 2010

Te amo

Me sorprendió cuando esperaba, paciente y medio adormilada todavía, el cambio de luces en el semáforo del Loyola. Por un instante muy breve pero vivido, se me encogió el corazón, explotó mi boca en una amplia sonrisa y respiré profundo.
Allí estaba la pancarta, desafiante y hermosa. El texto era claro y definitivo. Un enorme Te Amo esperaba a su destinatario, un(a) tal C Toffi.
Eso es lo que me gusta de la ciudad.
Día a día, la urbe como espacio colectivo se llena de las ciudades individuales que cada uno de nosotros lleva por dentro y cuando uno menos lo espera, se desdibuja la línea que separa lo público de lo privado y uno siente y vive, como bien señala Armando Silva en su libro "Imaginarios Urbanos", los múltiples colores, olores, sentimientos y fantasmas que lo habitan y definen.
Acababa de compartir, en el espacio público por excelencia que es la ciudad, la intimidad y privacidad de dos enamorados; más aún, estaba convencida que yo, anónima habitante urbana y no el (la) tal C. Toffi, era la destinataria de tal mensaje. Por eso, antes de arrancar de nuevo mi vehículo, me atreví a responder "Yo también".
María Nuria De Cesaris. Publicado en El Correo del Caroní el 23 de marzo de 1999 en la columna semanal Tribuna de la Ciudad.

domingo, 30 de mayo de 2010

Aire acondicionado


Pasado el tiempo de taima, volví a mis andanzas pero con una pequeña (pensé) limitación: El aire acondicionado de mi taxi dejó de funcionar.
Siempre lo supe, pero tenia la esperanza de que no fuera así: A la gente le gustan los taxis con aire acondicionado y la verdad, no puedo no estar de acuerdo.
Coloqué mi letrero, abrí las ventanas y arranqué. Primer cliente: a La Churuata por favor...ah pero no tiene aire, no gracias.
Segundo cliente: a Caujaro por favor. Se monta, pido disculpas por la ausencia del aire acondicionado y comienza la retaila de quejas: pero cómo... con este claor, cómo se le ocurre. Me quedo porque tnego prisa, pero apúrese porque hace mucho calor...
Tercer cliente: a Altavista, a Macrocentro. Qué calor! Señora usted no puede andar así en esta ciudad. Son más de 30 grados, cómo se le ocurre! gracias a Dios no había tráfico y en un santiamén, llegué al destino. Me salvé.
Cuarto cliente: no hubo, la conductora desistió, protestando porque ese taxi no tiene aire acondicionado!

domingo, 23 de mayo de 2010

Taima

Recuerdo las innumerables veces que jugué en la calle ( cuando la calle era un espacio de todos y no había sido tomada por los delincuentes) y grité Taima!... no siempre por las mismas razones; a veces, necesitaba tiempo para visualizar mejor hacia dónde correr, otras veces lo hacía para hacer rabiar a mi perseguidor por un ratito y otras simplemente porque estaba cansada y necesitaba parar.
Hoy me he permitido, con unos cuantos años de más, repetir la palabra: TAIMA!
Efectivamente, necesito parar por un ratito, que al igual que cuando jugaba a la ere, es solo eso un ratito para continuar el juego, que en ningún caso significa abandonarlo...

domingo, 2 de mayo de 2010

1ro de mayo

Sábado en la mañana. Diá del trabajador. Aprovecho para llevarle el carro al mecánico que me dijo que abriría a pesar del feriado, para cambiar los bujes de las mesetas del tren delantero (todavía me sorprendo de todo lo que he aprendido de mecánica con este nuevo oficio).
Dejo el carro y camino hacia el Paseo caroní para tomar un directo que me llevará a casa.
Tomo una perrera que dice Altavista y disfruto del aire fresco que sopla todavía a esa hora en la ciudad. A la altura del semáforo de la Av NS 1, oigo que me llaman. Giro la cabeza y diviso una camioneta con el mismo letrero que el de la perrera. Es L, mi amigo y compadre. Me bajo corriendo y me montó en la camioneta.
Qué alegría verte! L, administrador de profesión, funcionario publico de vocación, no está de pasajero, él es el conductor.
Está como yo sin trabajo como profesional y decidió aprovechar la camioneta de su esposa, quien hace transporte escolar. Cubre la ruta Altavista-Core 8 y dice que por lo menos genera ingresos para cubrir varios de los gastos familiares.
Al preguntarme que a dónde iba, le comento que había dejado el carro en el mecánico y que yo también andaba de profesional del volante; comenté acto seguido que también R, urbanista como yo, ya había comprado su letrerito (él lo compró amarillo) y que J, contador también andaba en esto.
Intercambiamos impresiones sobre el oficio y nos dimos cuenta que no estábamos solos, que ya eramos un gremio: el de los profesionales que pudiendo estar aportando su conocimiento y experiencia para mejorar nuestra ciudad, nos hemos visto obligados por las circunstancias a tomar otros derroteros.
Llegamos a Altavista, pagué y nos despedimos con un ah por cierto, Feliz Día del Trabajador!

Quiero de todo!

Eran como las seis de la tarde y había decidido cerrar con el día y visitar a mi amiga Beatriz, cuando una mujer delgada, de pelo negro largo y vestida de color morado, extendió su mano para que parara.
Se montó con una sonrisa y me dijo a Villa Brasil, por los lados de La Españolita. Acto seguido me felicitó, diciéndome que era muy valiente de echar p´alante haciendo de taxista. Este comentario abrió las puertas para preguntarle y usted ?, trabaja?
Estoy en eso, me respondió, preparando mis papeles y buscando. Mi hijo acaba de morir y estuve los últimos ocho años cuidando de él. Era un niño especial. Le di lo mejor de mí y Dios se lo llevó; era un angel. No me arrepiento de todo lo que hice; él se lo merecía y me dio mucha felicidad.
Ahora que murió, no me deprimí, estoy tranquila porque hice todo lo que pude para darle la mejor calidad de vida...la mejor recompensa fue siempre cuando me decía: mami te quiero.
Seguí inquiriendo y qué hacía usted antes? en que está buscando trabajar?
Con emocion, comenzó su lista de proyectos: va a grabar una pista en el estudio de un amigo en Nueva Chirica: Equivocada de Thalía y comenzó a cantarla...hermosa voz, llena de sentimientos. Seguidamente me cantó una canción que compuso para su pequeño hijo fallecido, Noé y que está componiendo más canciones y que se está entrenando con su hermana como secretaria, y que quiere entrar en la enseñanza, para finalizar diciéndome a viva voz: Quiero de todo!!! trabajar, cantar, vivir!

miércoles, 28 de abril de 2010

La Dimensión Latina 24 años después...

El lunes, cerca de las seis de la tarde, ella, de unos 45-50 años, gordeta pero muy acomodada, desplegó su brazo para indicarme que requería mis servicios.
Desde que se montó no paró de hablar "Son 24 años, no es cualquier cosa y ahora me viene con que no puedo salir y pasar el rato. Yo necesito expandirme, relajarme, distraerme...estoy cansada de tanta casa." La interrumpo a dónde la llevo? Sigue ella: "Al bingo Cachamay por favor" y casi ajena a mi presencia, sigue su conversa: "Cocino, plancho, tengo la casa acomodada, los hijos ya están grandes y yo qué? Lo único que pido es un poco de esparcimiento. Yo voy al bingo, estoy unas dos horas, gasto cien o doscientos, no más, porque no hay que deslocarse y listo, gane o no gane, me regreso a casa. No sé qué idea tiene él del bingo; no ha puesto un pié allí y dice que es un antro!! A santo de qué viene ahora con celos, si yo le cumplo en todo. Yo estoy alzada y este primero de mayo con él o sin él, voy a bailar y a jugar con La Dimensión Latina, no me lo pierdo!!

Por cierto, si pasa por aqui a eso de las ocho y media, seguro que tomo su taxi. No me gusta llegar tarde a casa.

lunes, 26 de abril de 2010

Dorian Gray

El domingo en la tarde abordaron mi taxi dos jóvenes...bueno, uno de ellos, el que se sentó en el asiento delantero del copiloto, resultó no serlo tanto. Les cuento...Comencé a dudar cuando al comentar que qué pasaría si colocaran taximetros en los taxis de nuestra ciudad, uno de los jóvenes me comento que él recordaba que hace un buen tiempo hubo taxis con taxímetros en Caracas. Saqué unas cuentas y pensé para mis adentros que mentía, porque ello fue hace más de 25 años, cuando según mi cuenta, él no había nacido todavía.
Seguimos el camino y tocamos el tema inevitable: la inseguridad. Mi cliente, sentado a mi lado, se voltea y le dice al joven sentado en el asiento trasero: "Hijo, cuando yo tenìa tu edad, salía sin problemas y mis padres tranquilos". Comienzo a sospechar y pregunto directamente: "Es tu hijo?" y él me respondió "Sí y también tengo un nieto de 2 años".
Allí fue cuando supe que tenía sentado a mi lado al propio Dorian Gray: 42 años, pelo negro salpicado por muy pocas canas, cuerpo delgado y tres hijos: una de 13 años, uno de 17 y otro de 22; este último casado y con un hijo de 2 años.